domingo, julio 09, 2006

Poema III, de Nigredo

Observo la vinagrera
y mido en ohmios la estatura de los duendes.

Retomo como al descuido
el silabario del gallo visigótico.

Gira un río naciente del muñón,
durmiéndose ante un violín de advertencias luminarias.

1 comentario:

Márcio / Marçal dijo...

Mi favorito!
Me encanta el pasaje entre noche y día, oscuridad y claridad, contención y sapiencia.